Por: Edizon León Castro
Se puede ver a Rosa Parks y Martín Lutherking junto a otros activistas en el centro Highlander
Recuerdo que en uno de mis viajes a los Estados
Unidos específicamente a Tennessee, me
recomendaron que no podía irme sin dejar de
visitar un lugar llamado Highlander. Debo confesar que no tenía la menor
idea porque ese lugar iba a despertar mi interés. Y efectivamente, apenas llegué comprendí que la
sugerencia era muy acertada.
Es un complejo ubicado en Monteagle, Tennessee, fundado en 1932 como centro de formación y
entrenamiento para dirigentes de organizaciones obreras principalmente de los
estados del sur. Tiene como fondo la cadena montañosa de los Apalaches, tierras
ancestrales de la nación Apalache.
Desde la entrada principal a una distancia
considerable se podía ver un dibujo de dos personas sentadas en actitud
conspirativa y sobre ellos unas letras en inglés que no se alcanzaban a leer
por la distancia. Al acercarme puede identificar a una de las figuras de aquel
dibujo y en la medida que me acercaba más puede corroborar que se trataba de Martín
Luther King, pero la intriga continuaba
para saber quién era la mujer que componía el dibujo y el lo que decía el slogan.
Pues para sorpresa mía vi que se trataba de Rosa
Parks y el lema decía: “ without action there is not thought” y “sin acción no
hay pensamiento”. Ahora hacia sentido la insistencia del porqué querían que
visitará aquel lugar. Pregunté la razón de la existencia del dibujo y porqué
estaban ahí juntos estos dos personajes íconos de la lucha por los derechos
civiles de los afronorteamericanos.
Lo primero que me dijeron fue que Luther King iba
a ese centro a impartir clases sobre desobediencia civil. En tanto, ese centro
era un espacio de activismo político apoyando las luchas de varios movimientos
y sindicatos. Y para sorpresa mía, Rosa Parks había asistido a unas de sus
clases. Inmediatamente esto hizo sentido
en saber cómo una mujer “negra” costurera y ama de casa, hija de un carpintero y una maestra de
escuela, se sentó en el asiento delantero y se negó a ceder el asiento a un
viajero blanco, puesta estas filas de asientos les estaba prohibido ocupar a
los negros, pues las últimas filas de los autobuses estaban asignados para la
“gente de color”.
El sistema de segregación racial en los Estados Unidos
estaba en plena vigencia, y en su esencia consistía en evitar que estos dos grupos –blancos y negros-, se
juntaran, por ello, crearon leyes y espacios de separación como: escuelas,
barrios, piscinas, restaurantes-bares, baños públicos y el servicio de
transporte y quien sobrepasaba estos límites raciales era castigado por la ley.
Este acto de desobediencia civil de sentarse
donde le estaba prohibido por el hecho de ser una “persona de color”, le costó a Rosa Parks, la prisión y el pago de 14 dólares por infringir la
ley. Sin embargo, este hecho que parece no
tener mayor trascendencia, no sólo les devolvió la dignidad a los
afronorteamericanos, sino que aportó significativamente para las siguientes
acciones que fueron fundamentales para la victoria que los sistemas de igual y
equidad se impongas frente al sistema de segregación racial. Como fueron el
paro de los transportes e inmediatamente la marcha del millón en Washington,
donde Martín Luther King dio su famoso discurso de “I have a dream”, “Yo tengo
un sueño”.
Al escuchar esta historia me vino inmediatamente
a la mente la frase del abuelo Zenón, “La resistencia nos lleva a la desobediencia
y ésta a la libertad”.
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* Este artículo se publicó en el Diario del Norte. 18 Marzo-2017
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